En el corazón de Xochimilco, esa delegación sureña de la Ciudad de México que parece sacada de un sueño azteca, se encuentra un rincón que susurra historias de agua cristalina y tradiciones ancestrales: el Parque Ojo de Agua de Zacapa. Ubicado en Canal Principal s/n, San Jerónimo, con el código postal 16420, este espacio natural invita a los visitantes a sumergirse en un mundo donde el pasado prehispánico se entrelaza con la vida cotidiana de los chinamperos.

Si buscas un escape de la bulliciosa metrópoli, este parque es tu puerta de entrada a la serenidad acuática. Con casi un siglo de historia, el Parque Ojo de Agua de Zacapa no solo es un pulmón verde, sino un testimonio vivo de la resiliencia de Xochimilco frente a los retos urbanos.

Historia de un Oasis Ancestral

Xochimilco, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1987, es sinónimo de chinampas —esas islas flotantes ingeniosamente cultivadas por los mexicas para producir alimentos en medio del lago—. El Parque Ojo de Agua de Zacapa forma parte integral de este ecosistema, emergiendo como un manantial natural en el barrio de Nativitas, cerca del histórico Embarcadero Zacapa. Este embarcadero, inaugurado hace casi cien años, fue el primero en ofrecer servicios turísticos en la zona, atrayendo a locales y extranjeros con paseos en trajineras por canales laberínticos.

La historia del parque se remonta a los manantiales que brotaban con abundancia en la región lacustre, alimentados por el acuífero subterráneo que saturaba el Valle de México. Durante la época porfiriana, a finales del siglo XIX, estos “ojos de agua” eran vitales: se construyeron bombas para extraer el líquido y abastecer a la creciente capital, transformando Xochimilco en un proveedor esencial de agua potable. El nombre “Ojo de Agua de Zacapa” evoca precisamente esa fuente primigenia, un ojo cristalino que, según leyendas locales, reflejaba los cerros circundantes como un espejo divino.

A inicios del siglo XX, con la llegada del tranvía eléctrico en 1910, el turismo floreció. Los visitantes arrojaban monedas de plata a los manantiales, creando destellos multicolor que iluminaban las fiestas religiosas y paseos dominicales. El Embarcadero Zacapa, adyacente al parque, se convirtió en epicentro de esta efervescencia: trajineras cargadas de mariscos frescos, flores y mariachis surcaban los canales, mientras los ojos de agua como el de Zacapa proveían un oasis refrescante.

Un Encanto Íntimo en Medio de la Naturaleza

A pesar de estas sombras, el Parque Ojo de Agua de Zacapa brilla con un potencial inigualable. Imagina llegar por la Calzada Xochimilco-Tulyehualco, donde el aire se impregna de jazmín y tierra húmeda. El parque, aunque modesto en comparación con el vasto Parque Ecológico de Xochimilco (180 hectáreas de humedales y aves migratorias), ofrece un encanto íntimo. Su entrada, gratuita o con donativo simbólico, da paso a senderos sombreados por ahuehuetes centenarios, donde el manantial principal —el “ojo”— burbujea con una pureza que contrasta con la contaminación vecina. Los locales lo llaman simplemente “el manantial de Zacapa”, un sitio para recargar el espíritu.

Actividades para Todos los Gustos

Las actividades aquí son un deleite para los sentidos. El plato fuerte son los paseos en trajinera desde el cercano Embarcadero Nativitas Zacapa, donde por unos 500 pesos por hora puedes navegar canales angostos flanqueados por chinampas rebosantes de nopales, maíz y flores de cempasúchil. Estos botes coloridos, pintados a mano con nombres como “Estrella del Sur”, permiten avistar garzas blancas y, con suerte, el emblemático ajolote —el “axolotl” mexica, en peligro de extinción—.

Para los aventureros, hay cabalgatas por el Bosque de Nativitas, un pulmón de 106 hectáreas adyacente, donde caballos tranquilos recorren senderos terrosos bajo la sombra de encinos. Si prefieres a pie, el parque se integra al Centro Deportivo Zacapa, ideal para un partido de fútbol o yoga al amanecer, con vistas al Cerro de la Estrella.

Sabores Auténticos de Xochimilco

La gastronomía eleva la experiencia a otro nivel. En el mercado de artesanías del embarcadero, prueba mixiotes de conejo envueltos en pencas de maguey, tacos de carnitas xochimilcas o el clásico “pozole de zacapa” —un caldo espeso con hierbas locales—. Los vendedores flotantes en las trajineras ofrecen elotes asados y micheladas heladas, mientras mariachis entonan “Cielito Lindo” a cambio de propinas. Para los golosos, no te pierdas las nieves de garra de león, un fruto silvestre que crece en las chinampas cercanas. Y si viajas con niños, el parque vecino incluye áreas de juegos y una chinampa didáctica donde aprenden a sembrar como los antiguos tlahuicas.

Cuándo Visitar y Cómo Llegar

Visitar este parque en octubre, con el Día de Muertos acercándose, es mágico: las chinampas se adornan con ofrendas flotantes, y el manantial se tiñe de pétalos naranjas. Llega temprano —el sol sale radiante sobre San Jerónimo— y regresa al atardecer, cuando las luces de las trajineras parpadean como luciérnagas. Para llegar, toma el Metro a Tasqueña y transborda al tren ligero hasta Xochimilco; de allí, un taxi o combi te deja en 20 minutos. El teléfono de contacto, 01 55 5658 1111, es útil para confirmar accesos.

Parque Ojo de Agua de Zacapa

https://maps.app.goo.gl/9WHARfVUaZZG2Vbh8


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